9/2/11

Fan fic: I'm not just anyone. Capítulo #3: Mi oasis

Todo había salido como lo esperaba, dimos seis vueltas en esa cosa y obviamente el estómago de Georg no lo iba a soportar; ya llevaba veinte minutos y aún se oían los ruidos de todo lo que había desayunado irse por el desagüe. Ciertamente le estaba afectando esta salida. Pero él lo quiso así, debería saber que todo lo que decide tiene consecuencias. Ya salió, no tiene buen semblante; está pálido como la nieve, casi no se puede mantener en pie. Por lo general no me importa lo que le pase a la gente a mí alrededor, pero esta vez sentí que era mi responsabilidad ayudarlo.
-Por Dios Georg, tienes que comer algo, no te vez para nada bien.
-No te preocupes, estoy bien- aunque en realidad no lo estaba, estaba semi-agachado, tenía ambas manos en sus rodillas y la cabeza para abajo tratando de tomar aire.
-Te dije que ibas a hacer lo que yo te dijera y eso harás. Vamos.
-¿Qué pudo decir? Lo prometí.

6:34 p.m.

-¿Qué tal el mareo?
-Ya ni un síntoma. Gracias.
-De nada. No haces esto seguido ¿verdad?
-No como crees. Me encanta venir todos los días a gritar y vomitar. Me mantiene esbelto.
-Ha Ha. Muy gracioso.
-Bueno y… ¿Qué más haremos hoy?- No debió preguntar eso.
-Bueno, tenía pensado que nos subiéramos a ese- señalé un juego que te daba la vuelta y hacia que se te pusieran los pelos de punta. Inmediatamente Georg se quedó con los ojos como platos y tragó saliva- Pero creo que sería mejor que hiciéramos otra cosa, no estás en condiciones de volverte a subir a un juego como estos por un largo tiempo.
No dijo nada, sólo me dirigió una mirada que parecía decir “Gracias”, a lo que le devolví el gesto con una sonrisa cálida. Algo raro estaba pasando. No suelo sonreír a menos que este a mil metros de altura. Desafiando las leyes de la física. Haciendo cosas que no son posibles según algunos.

8:30 p.m.

Dos horas más tarde nos encontramos en el lugar más tranquilo que conozco. Vengo aquí muy seguido, éste lugar está perdido entre la nada; alejado de todo.
Cuando estás en constante cambio, en movimiento, en transición; todo ser humano necesita volver a su estado original. Cuando ya no puedo más, cuando ya he gritado lo suficiente, cuando la adrenalina está a tope y no puedo parar y ya no puedo ni quiero más; éste es mi oasis en mi alocada vida. No creo que nadie (o muy pocas personas) conozcan este lugar, ningún mapa lo especifica. Sin embargo, está aquí.
-Ya puedes quitarte la venda.
-Ya era hora ¿Por qué tanto misterio? ¿Dónde estamos? ¿Para qué me trajiste aquí?... Espera, nunca había visto este lugar.
-Te respondo: Es una sorpresa, es el lugar más tranquilo que conozco, para compartirlo contigo- ¿Compartirlo contigo? ¿Yo dije eso?- te he traído de aquí para allá y no estás acostumbrado. Relájate aquí, mañana volveremos a Hamburgo.
-¿¿Qué?? Pero yo tengo que estar en Hamburgo YA. Los chicos me van a matar. Y ni hablar de todo el interrogatorio que me estará esperando sobre dónde estuve todo el día. Dios mío. Me matarán.
-Pr favor Georg. Lo más grave que puede pasar es que crean que te fuiste con una prostituta, o que te secuestraron; nada grave…
-A ti te tiró tu mamá de chiquita ¿O qué? Tengo una reputación que cuidar.
-Georg… ¡Leb die sekunde!- Jajaja su expresión después de pronunciar esas palabras hizo que explotara en carcajadas, como diciendo “Maldito Karma”
-Bueno, seguro que les puedo inventar algo que me crean… Pasando a otro tema ¿Dónde dormiremos?
-Toma- Le lanze una bolsa para dormir, fue lo único que pude conseguir en el viaje para acá, pero con esto basta y sobra. Se perfectamente que hacer para sobrevivir.
-Una cobija. Bueno ¿y las cabañas?
-¿De que me hablas?
-Si, de dónde dormiremos; porque no me vas a decir que vamos a dormir aquí.
-Lamento decepcionarte, pero sí; dormiremos aquí. Ahora ayudame a buscar ramas y piedras para la fogata.
-Momento… ¿No bromeas verdad? ¿Hay alguna cámara oculta? ¿Esto lo mandaron hacer los chicos verdad? No es gracioso.
-¡Cállate y ayúdame!- creo que susurró algo… no estoy segura.
-Oh por Dios, no es una broma. En qué lió me metí.
-¡Que recojas ramitas!

9:00 p.m.

-¿Con esto está bien?
-¿Qué demonios es esto?- No puede ser tan imbécil, ¿Qué nunca ha hacho una fogata? ¿O mínimo no las ha visto en alguna película?... y ¿éstas piedritas qué?- Yo sabía que eras bobo, pero no conocía hasta dónde.
-Oye, tardé mucho en encontrar todo esto, ¡No que digas que no sirve!
-¡Claro que sirve! Sirve para calentarte unos… 30 segundos.
-¿¿Treinta segundos??
-Sí. Tienes suerte, no quiero saber que sería de ti si no estuviera YO aquí- deje caer la gran cantidad de piedras y leña que había conseguido durante media hora, Georg estaba impresionado, no sé porque pero me tenía respeto y admiración- ¿Listo para la acción?
-No me gusta estar de preguntón pero… ¿A qué te refieres con acción? No estarás pensando en… Ni se te ocurra.
-Pensando… ¿En qué? Ah bueno, si no quieres cenar ese es tu problema.
-¡Me muero de hambre! ¿Qué traes ahí?
-Ensalada.
-Muy bien, puedes hacerlo Georg, Bill y Tom comen ensalada todo el tiempo, no es tan difícil. Vamos, tu puedes, haz sobrevivido todo el día, la ensalada hasta parece… inofensiva- Dijo para sí mismo, poniéndose de espaldas, poniéndose dos dedos en las sienes, hechánose para atrás su castaña cabellera, yo me adelante y empezé a comer. Sólo un bocado para continuar con la fogata.
-¿Te ayudo en algo? o mejor ¿me siento aquí a no estorbar?
-No estorbes. Mejor come.
Haciendo fricción con dos ramitas logré encender una chispa, y también quemarme el dedo, al instante solté un grito y Georg se alarmó.
-¿Estás bien?

No hay comentarios: