9/2/11

Fan fic: I'm not just anyone. Capítulo #4: Egipto

-Si, no te preocupes, es sólo un rasguño
-Ok, no me gustaría que nada malo te pasara

3 de Abril de 2010. 11:30 a.m.

(Por Georg)
Me despertó la brisa cálida de la mañana, ella estaba sobre mí, todavía durmiendo parecía un ángel. No la quería mover, pero ella se despertó.
-Buenos días.
-Buenos días Georg.
-¿Qué tal dormiste?
-Muy bien gracias ¿Tu?
-También bien.
-Soñé algo muy extraño. ¿Quieres que te cuente?
-Claro. Cuéntame ¿Qué soñaste?
-Bueno. Más que extraño, fue algo muy lindo. Soñé que volaba sobre las pirámides de Gizeh, pero no era yo, bueno si era, pero tenía cabeza de gato, como la Diosa que lleva mi nombre. Me sentí tan libre, la sensación era increíble, no era como cuando me tiro de un avión. Más bien, creo que es una pequeña probada de lo que es en realidad la libertad.
-Wow, que profunda, eres todo un misterio.
-Gracias- sonrió, pero algo en su sonrisa no me convenció de que estaba feliz.
-Amm, estaba pensando, ¿Te gustaría ir a Egipto?
-¡Por supuesto que sí! Es algo que haré. Pero no sé cuándo.
-¿Y si nos escapamos a Egipto?- En realidad no estaba seguro de lo que le estaba proponiendo, siempre he pensado que las cosas no hay que hacerlas por impulso, porque todo lo que haces tiene consecuencias; esta vez sólo me dejé llevar por mi corazón. ¿Me estoy enamorando de Bastet?
-Claro ¿Cuándo nos vamos?
-Hoy mismo. Cuando salgamos de aquí nos vamos directamente al aeropuerto, sólo debo ir por unas cosas a mi casa y listo, ¿Te parece?
-Me parece. Me caes bien Georg- Una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo, tenía ganas de besarla, abrazarla y no dejarla nunca más, pero no, ahora no es el momento.
-Perfecto.

2 p.m.

Pedimos que nos llevaran en la carretera a una camioneta un tanto oxidada. El viaje fue algo pesado. Les pedimos que nos dejaran cerca del parque de diversiones al cuál habíamos ido ayer, no iba a dejar mi coche estacionado ahí para siempre, además si me iba ir a Egipto con Bastet pues tenía que empacar al menos unas cosas. Subimos a mi coche, le abrí la puerta para que se subiera y eso hizo, en seguida me fui para el asiento del conductor y ocupé mi lugar. Manejé cerca de diez minutos hasta mi casa, que también comparto con Gustav, agarré lo primero que encontré en el clóset, por lo general soy bastante desordenado, y si no hubiera sido por el hecho de que Gustav es un maniático de la limpieza, como a mi me gusta llamarlo, no hubiera encontrado nada. Salí con mi mochila, mi pasaporta, y mi cartera con mis tarjetas de crédito.
-Listo, oye tienes…
-¿Pasaporte? ¿Visa? Claro. Viajo mucho. Tengo todos mis papeles en línea. Tengo unas ganas enorme de ir ya.
-No desesperes, que en menos de lo que te imagines ya estaremos ahí.

3 p.m.

Es el destino, alcanzamos lo últimos boletos para viajas, a última hora pero llegamos. Bastet se veía emocionada, desde la última vez que oí su nombre, empezó a gustarme la historia egipcia. Y más su nombre, se me hace una chica con carácter, que no se deja de nadie, pero aún no entiendo qué tiene de “Diosa de la fertilidad”, y todas esas cosas que leí en Internet, de cualquier manera; espero pronto descubrirlo. El viaje empezó, y perdí la noción del tiempo, aburrido, concentrado en mi música, admirando a esa belleza de mujer. Ella ocasionalmente miraba por la ventanilla y hacia anotaciones en una libretita muy curiosa. Moriría por saber qué es lo que escribe. Dormiré un poco, así será menos pesado.

4 de Abril de 2010

Hemos llegado. Bastet salta por todo el Aeropuerto, como una niña en Navidad que ve sus regalos debajo del árbol. Ha pasado algo muy raro, cuando bajamos del avión me abrazo hasta casi asfixiarme y me dio tremendo beso en la mejilla. No estoy seguro si lo hizo conscientemente, pero para mí fue la mejor experiencia en horas.

-¡Ah! No lo puedo creer, ¡estoy en Egipto! ¡Es tal y como lo soñé!
-Oye no quiero interrumpir en tu felicidad, pero debemos buscar un hotel. Si quieres podemos dormir en habitaciones separadas.
-No, prefiero que durmamos en la misma habitación, en camas separadas, claro está.
-Si- La verdad es que nada me gustaría más que pasar una noche con ella, sentir el calor de su cuerpo, y que ella sienta el mío, entregarnos al amor por una noche, pero Georg, ¡Basta! Estas pensando en sexo y apenas la conoces. Pero… Estoy en Egipto, sólo por ella. Porque, sí, me gusta. Y no sólo eso, estoy enamorado de ella. Me hechizó desde el primer momento en que la vi. Pero no puedo pensar en ella más que como una conocida, por más que quisiera conquistarla no podría, no me aceptaría, a mí ni a ningún hombre. Que duro es vivir un amor no correspondido
-Georg, vamos al hotel y luego al lugar más famoso de aquí, y dónde soñé que volaba: Las Pirámides de Gizeh.
-Claro que sí, me muero por conocerlas. Ah, tal vez también te gustaría visitar las Pirámides de Tutankamon.
-¿Cómo supiste?
-Intuición.
-Eres el mejor Listing. Gracias por todo.
-No agradezcas. Mejor adelántate que yo avisaré a mis amigos que no estaré por un par de días.

¡Mierda! ¿Cómo lo había olvidado? La verdad no me importaba lo que pensaran los chicos, me importaba lo que dijera nuestro representante, David, él sí que se iba a poner furioso cuándo se enterara de lo sucedido. Igual no debo pensar en eso en este momento. Sólo le enviaré un mensaje a Bill: “Bill, estoy en Egipto, estoy bien. Regresaré a Hamburgo en un par de días, por favor avísale a los demás”. Enviado. Recibí una respuesta suya a los cinco minutos: “¿Te has vuelto loco? ¿Qué haces en Egipto? ¿Y qué hay con la chica con la que ni nos avisaste que saldrías? ´
¿Sabes qué? No me respondas- Pero le tendrás que darle muchas explicaciones a David cuando vuelvas”. Por supuesto que sí, pero no hay nada que pueda perder en éste momento, me dejaré llevar por el corazón, no por la cabeza. Iré a vivir mi vida a la manera de Bastet.

No hay comentarios: